El artista sobre esta obra
En el delicado agarre de los niños, las cuentas son hábilmente recolectadas y ensartadas, cada pieza única tejiendo una historia de intereses personales. Este cuadro sirve como una alegoría conmovedora del mosaico de empeños que moldean nuestras vidas: el amor, simbolizado por un corazón; las empresas financieras, representadas por una moneda; el espíritu lúdico, encarnado por un dado;
el enigma de los secretos, capturado en un candado de combinación; las complejidades de las relaciones, representadas por el yin y yang; nuestra conexión con la naturaleza, resonada a través de un fragmento de concha; las aspiraciones en el ámbito de la carrera, señaladas por una estrella; y, finalmente, la enigmática mano del destino, personificada por una calavera. Esta composición artística refleja el diverso tapiz de pasiones que nos define.
el enigma de los secretos, capturado en un candado de combinación; las complejidades de las relaciones, representadas por el yin y yang; nuestra conexión con la naturaleza, resonada a través de un fragmento de concha; las aspiraciones en el ámbito de la carrera, señaladas por una estrella; y, finalmente, la enigmática mano del destino, personificada por una calavera. Esta composición artística refleja el diverso tapiz de pasiones que nos define.