El artista sobre esta obra
En el corazón de nuestras bulliciosas megalópolis, encontrar una verdadera soledad, acunada en el abrazo del silencio profundo, requiere un esfuerzo deliberado y concentrado. Implica más que el simple acto de desconectarse de una serie de dispositivos; invita a buscar un refugio de reclusión, un santuario del constante zumbido de la vida urbana.
En esta era contemporánea, donde el silencio ininterrumpido parece un espectro esquivo, la ausencia de sonido constante puede suscitar una mezcla de asombro y temor, presentando la búsqueda de la verdadera quietud como una ambición casi mística. Sin embargo, para que una persona cree un capullo de introspección, para forjar un santuario para el alma, se necesita un esfuerzo consciente. Y en este empeño, las recompensas obtenidas son nada menos que profundas e inequívocamente valiosas.
En esta era contemporánea, donde el silencio ininterrumpido parece un espectro esquivo, la ausencia de sonido constante puede suscitar una mezcla de asombro y temor, presentando la búsqueda de la verdadera quietud como una ambición casi mística. Sin embargo, para que una persona cree un capullo de introspección, para forjar un santuario para el alma, se necesita un esfuerzo consciente. Y en este empeño, las recompensas obtenidas son nada menos que profundas e inequívocamente valiosas.