El artista sobre esta obra
La pintura "Velocidad" ofrece una yuxtaposición caprichosa: un caracol situado con calma sobre una locomotora de vapor en miniatura. Es innegable que nuestra era es sinónimo de velocidad. Para ahorrar tiempo precioso, los viajes aéreos se han convertido en la opción preferida para viajes largos rápidos, relegando a los trenes y vapores a un reino de nostalgia y romanticismo.
En los primeros días de los trenes de pasajeros, existía una preocupación genuina sobre si los ocupantes que se desplazaban a 60 km/h podrían sucumbir a una especie de locura inducida por la locomotora. Ahora, tales velocidades se consideran el epítome del transporte urbano cómodo y seguro. Nuestra búsqueda incesante de estirar las horas o abarcar experiencias ilimitadas hace eco del anhelo caprichoso del caracol por velocidades vertiginosas, mientras se posa en un tren de juguete anticuado, libre de vías y destinado a ninguna parte.
En los primeros días de los trenes de pasajeros, existía una preocupación genuina sobre si los ocupantes que se desplazaban a 60 km/h podrían sucumbir a una especie de locura inducida por la locomotora. Ahora, tales velocidades se consideran el epítome del transporte urbano cómodo y seguro. Nuestra búsqueda incesante de estirar las horas o abarcar experiencias ilimitadas hace eco del anhelo caprichoso del caracol por velocidades vertiginosas, mientras se posa en un tren de juguete anticuado, libre de vías y destinado a ninguna parte.