El artista sobre esta obra
La pintura "Partes compuestas" no es solo una imagen, sino una reflexión filosófica sobre el proceso de cognición. El artista transmite hábilmente el momento en que, en un intento por comprender la esencia de un todo, lo descomponemos en fragmentos, destruyendo así su integridad.
En la pintura, vemos las manos de un niño, sujetando pequeñas partículas de algo que gradualmente se está desintegrando. Las manos y los fragmentos fluyen suavemente hacia un fondo neutro, creando una sensación de fluidez en los límites entre el objeto y su entorno.
En esta obra, el autor plantea una pregunta importante: ¿no perdemos la belleza y el encanto del todo en nuestro afán por un análisis perfecto? Al descomponer los milagros, corremos el riesgo de perder de vista su naturaleza mágica.
"Partes compuestas" es un recordatorio de que la cognición no debe estar desprovista de asombro y maravilla. El enfoque analítico es indudablemente importante, pero no debería reemplazar la percepción directa del mundo.
En la pintura, vemos las manos de un niño, sujetando pequeñas partículas de algo que gradualmente se está desintegrando. Las manos y los fragmentos fluyen suavemente hacia un fondo neutro, creando una sensación de fluidez en los límites entre el objeto y su entorno.
En esta obra, el autor plantea una pregunta importante: ¿no perdemos la belleza y el encanto del todo en nuestro afán por un análisis perfecto? Al descomponer los milagros, corremos el riesgo de perder de vista su naturaleza mágica.
"Partes compuestas" es un recordatorio de que la cognición no debe estar desprovista de asombro y maravilla. El enfoque analítico es indudablemente importante, pero no debería reemplazar la percepción directa del mundo.