El artista sobre esta obra
Esta composición muestra una escena llena de melancolía y profundos matices simbólicos. En el centro de la pintura, un hombre se sienta en una banca en una pose de tristeza contemplativa. Está encorvado, desnudo de cintura para arriba, con las manos cruzadas sobre las piernas, su atención centrada en sus pies.
Sus alas, poderosas pero envueltas en celofán semitransparente, están estrechamente envueltas, sin ofrecer protección contra el mundo exterior, simbolizando quizás la futilidad de los intentos de protegerse de la crueldad del mundo con cosas que prometen protección pero fallan en cumplir su propósito.
La figura del hombre está envuelta en una sensación de soledad y aislamiento, intensificada por el contraste con los alrededores oscuros y desolados. Esta pintura incita al espectador a reflexionar sobre la condición del ser humano moderno, nuestra vulnerabilidad y el aislamiento que experimentamos incluso cuando estamos entre otros. El ángel, usualmente un símbolo de protección y consuelo, parece olvidado y abandonado en un mundo frío donde incluso los seres divinos no están protegidos de las dificultades. La combinación de lo sagrado y lo profano, la refinación y brutalidad del mundo en que vivimos, impregna esta obra con un profundo poder alegórico.
Sus alas, poderosas pero envueltas en celofán semitransparente, están estrechamente envueltas, sin ofrecer protección contra el mundo exterior, simbolizando quizás la futilidad de los intentos de protegerse de la crueldad del mundo con cosas que prometen protección pero fallan en cumplir su propósito.
La figura del hombre está envuelta en una sensación de soledad y aislamiento, intensificada por el contraste con los alrededores oscuros y desolados. Esta pintura incita al espectador a reflexionar sobre la condición del ser humano moderno, nuestra vulnerabilidad y el aislamiento que experimentamos incluso cuando estamos entre otros. El ángel, usualmente un símbolo de protección y consuelo, parece olvidado y abandonado en un mundo frío donde incluso los seres divinos no están protegidos de las dificultades. La combinación de lo sagrado y lo profano, la refinación y brutalidad del mundo en que vivimos, impregna esta obra con un profundo poder alegórico.