El artista sobre esta obraUn corazón, frágil y palpitante, protegido por una forma primitiva de lealtad: la pata de un perro.
La obra CAVE CANEM explora la dualidad entre la vulnerabilidad y la protección. El corazón, símbolo universal de la vida, la pasión y la humanidad, está envuelto por la pata del perro, una metáfora de los instintos protectores más puros y desinteresados.
Esta instalación reinterpreta el mensaje de Cave Canem (“Cuidado con el perro”), una inscripción antigua hallada en mosaicos romanos que advertía sobre la agresividad del perro guardián. Aquí, la advertencia da paso a un diálogo más profundo: la agresividad se convierte en defensa, y la amenaza se transforma en un gesto esencial y amoroso.
La composición minimalista en rojo, con líneas continuas y cortes precisos, resalta lo esencial: la necesidad humana de protección y el vínculo indisoluble entre la fuerza y la ternura.
Un refugio, no una prisión.
NHOMM da voz a la fragilidad, ofreciéndole un escudo visible e invisible, una advertencia y un homenaje a la confianza ancestral entre el ser humano y su guardián más fiel.
Esta instalación reinterpreta el mensaje de Cave Canem (“Cuidado con el perro”), una inscripción antigua hallada en mosaicos romanos que advertía sobre la agresividad del perro guardián. Aquí, la advertencia da paso a un diálogo más profundo: la agresividad se convierte en defensa, y la amenaza se transforma en un gesto esencial y amoroso.
La composición minimalista en rojo, con líneas continuas y cortes precisos, resalta lo esencial: la necesidad humana de protección y el vínculo indisoluble entre la fuerza y la ternura.
Un refugio, no una prisión.
NHOMM da voz a la fragilidad, ofreciéndole un escudo visible e invisible, una advertencia y un homenaje a la confianza ancestral entre el ser humano y su guardián más fiel.