El artista sobre esta obraHay demasiado de todo.
Demasiado ruido, demasiadas palabras sin peso, demasiadas imágenes superpuestas que no dejan huella.
Demasiado que dar, demasiado que pedir, demasiado que aceptar.
Un gesto suspendido.
El pulgar y el índice apenas se rozan, mientras el resto de la mano permanece en espera.
Un signo universal, un equilibrio delicado entre aferrarse y soltar.
DEMASIADO no es solo una medida; es una sensación.
El punto exacto en el que algo deja de ser deseado y se convierte en exceso.
Donde la plenitud se vuelve carga, y la necesidad, exceso.
Pero ¿cuándo “demasiado” se convierte realmente en demasiado?
¿Cuándo nos damos cuenta de que hemos cruzado el límite,
o cuándo dejamos de sentirlo?
Un gesto suspendido. El pulgar y el índice apenas se rozan, mientras el resto de la mano permanece en espera. Un signo universal, un equilibrio delicado entre aferrarse y soltar. DEMASIADO no es solo una medida; es una sensación. El punto exacto en el que algo deja de ser deseado y se convierte en exceso. Donde la plenitud se vuelve carga, y la necesidad, exceso.
Pero ¿cuándo “demasiado” se convierte realmente en demasiado? ¿Cuándo nos damos cuenta de que hemos cruzado el límite, o cuándo dejamos de sentirlo?