María Safrónova

Árbol de Navidad

Varios cuentos de hadas serie

Rusia

2022

Lienzo sobre madera, óleo

78.6x96 cm

El artista sobre esta obra El Año Nuevo es una celebración de la verdadera unidad humana, cuando todos se sintonizan en la misma frecuencia. Si la infancia tiene un rival, es el cumpleaños, donde los regalos garantizados son los protagonistas. Pero en la vida adulta, la prioridad es evidente debido a la nostalgia, el ambiente y la creencia infantil en los milagros.
Los niños se crían con cuentos e historias asombrosas. La anticipación de los milagros a menudo permanece con una persona durante toda la vida. La víspera de Año Nuevo es el mejor momento para hacer un deseo. Un sueño no siempre necesita explicación; es simplemente la alegría de la posibilidad. El Año Nuevo es una celebración de recuerdos personales, pero recuerdos que comparten un banco de memoria colectiva. El aroma de las mandarinas y los pinos, los regalos bajo el árbol.
Las luces parpadeantes de las guirnaldas en la oscuridad. El valor del día festivo aumenta desde la realización de que después de la celebración, todo volverá a la normalidad, y la vida reanudará su curso habitual. En la vida cotidiana, llena de incertidumbre, uno tiene que resolver problemas constantemente y esforzarse por algo. La necesidad nos mantiene en vilo. El día festivo, por otro lado, está lleno de rituales relajantes, y la nostalgia ayuda a mantener una conexión con la infancia, cuando la llegada de Papá Noel y la Doncella de Nieve era vista como un milagro.
En la mente del adulto, persiste la expectativa de un mago bondadoso que da regalos y hace maravillas. Por lo general, no importa cuánto sea un adulto realista y cínico, todavía tiene una creencia en los milagros y desea que las dificultades y problemas se resuelvan mágicamente. No siempre es posible hacer algo por sí mismo para lograr lo que se desea. Por ejemplo, cuando dependes en gran medida de las circunstancias externas y no puedes controlar tu vida debido a la salud u otras razones. Cuando tienes un espacio vital muy limitado, y las fiestas familiares se convierten en celebraciones públicas. Cuando un adulto se siente como un niño en una guardería, mirando lo que se ofrece. Cualquier tradición dulce y familiar puede volverse fría y distante en una institución pública. Y todo lo que queda para una persona es el espacio de libertad interior, donde siempre hay lugar para un verdadero milagro.
Las campanadas y los fuegos artificiales te hacen reflexionar sobre tu vida cada vez y compararla con la deseada. En esta noche, crees que puedes comenzar algo nuevo y cambiar lo viejo. La posibilidad de renovación y esperanza, una oportunidad para una nueva vida feliz para cada uno de nosotros. Gracias a la celebración del Año Nuevo, intentamos calmar la ansiedad, hacer frente a las dudas y miedos de lo desconocido. Después de todo, nadie sabe realmente qué nos espera en el próximo año.