El artista sobre esta obraSí: los europeos también tenemos sangre africana. África es la cuna de la humanidad. La especie humana se extendió, se adaptó, se diversificó y continúa haciéndolo.
Lo que ocurre con los animales domésticos —la aparición de nuevas razas por cruce— también sucede con los seres humanos, solo que más lentamente.